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Una premisa importante: cambio mi post cuando -a lo menos- se hayan acumulado 13 comentarios, aunque no estrictamente... Ni mucho menos. Linea directa: pipiolex@gmail.com
No busques colores ni diseño. Lo mío es el texo puro y una que otra foto. Saludos desde Chile.
Miedo a Volar es el título de un libro de Erica Jong. Lo leí hace años. Se trataba de una mujer desenvuelta que escribía sobre sus maridos. En los años 70 fue un éxito porque destapaba el tema de la sexualidad femenina, en un mundo machista. No la culpo, relata la experiencia de una norteamericana que vivió en una base militar en Alemania después de la II G.M.
Miedo a volar, también tiene los sonoros nombres de "Avifobia" y "Aerofobia", siendo el primero usado exclusivamente para volar en aviones y el segundo para los casos de "estar en el aire". Tampoco hay que confundirlo con "acrofobia", que describe al que tiene fobia a realizar saltos en las alturas (lo acrobático). Sobre un tema similar la formidable película de Hitchcock, "Vértigo", da unas buenas lecciones (aunque no toca el tema de la fobia a los aviones). Muy por el contrario, la película del admirador de Hitchcock, Brian de Palma, aborda la claustrofobia en la película "Doble de cuerpo", entre otros tópicos sobre vouyerismo, cine Hollywood, industria porno, desempleo, etc.
Tengo un buen amigo que mitiga su malestar a los viajes aéreos usando un talismán que no mencionaré por no haberle consultado sobre la divulgación de esta experiencia. Otro antiguo compañero de estudios me contó sobre sus tremendas borracheras que se pegaba en primera clase cuando su padre lo invitaba a visitarlo a París: "Curado era la única manera de mantenerme más o menos tranquilo". Su padre era ejecutivo de Air France. Un profesor y tremendo maestro también mencionó en alguna oportunidad experiencias similares en largos viajes a Norteamérica y Europa, pero más aún, cuando tenía viajar por motivos de trabajo de Santiago a Concepción -que era muy a menudo-, prefería siempre hacerlo en auto.
El mismo año del derrumbe de las Torre Gemelas hice un simple viaje de trabajo de Santiago a Antofagasta. El regreso fue el 24 de diciembre al mediodía. Al comienzo del vuelo sufrimos sus buenos zangoloteos que se mitigaron tomando una ruta más baja. Resulta que el aire estaba tan límpido que se podían ver trabajando a los campesinos de Illapel y de la Calera... En fin.
Cuando conocí Tierra del Fuego y Punta Arenas me fui mochileando por Argentina. Mi novia trasandina de ese tiempo compró pasajes en LADE -Líneas Aéreas del Estado- desde Perito Moreno (a la altura de Chile Chico) a Usuahia. El vuelo en un Twinn Otter fue formidable. Los pilotos tenían uniformes de la Fuerza Aérea Argentina y usaban distintivos por haber participado en Las Malvinas; incluso me invitaron a la cabina. Al momento de regresar a mi asiento escucho la conversación de quienes venían detrás mío: "Mirá, che, le comenté este viaje a un amigo piloto y me dijo: Sabés, yo jamás iría a Usuahia por aire porque es muy peligroso. Tiene la pista más corta de toda la Argentina. Además, como tiene un cordón montañoso a la orilla del mar, la losa está en un terraplén artificial que se adentra en el Canal de Beagle y han sucedido muchos accidentes"... Ufff.
Resulta que efectivamente los altos cerros están a la orilla del famoso canal y el descenso -fruto tal vez de las irregularidades de la geografía- fue con sacudones y tiritones de la aeronave, acompañados de gritos por parte de algunos pasajeros. Luego de eso, sólo se veía mar, már y más mar... un corto trecho de tierra (imagino que las islas chilenas) y luego de un giro, más mar. El resto salió todo bien. Por fortuna el avión era más bien pequeño (unos 30 pasajeros), así que la pista fue suficiente. Sobre el pololeo con la bonaerense también tengo otras simpáticas cosas que decir, pero finalmente, todo terminó en nada.
Sobre otros viajes, otros posteos... Esto es todo por ahora.
Bueno, se me olvidaba... Tengo miedo a volar... (Al igual que el DT de Colo-Colo, Claudio Borghi).