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Un amigo envió esta carta a ditintos diarios de Chile. Algunos medios la publicaron. Se las obsequio.
Autopista del Itata discrimina a ciclista
Desde el 2003 realizo viajes largos en bicicleta por Chile y Argentina. En más de ocho meses de pedaleo, he recorrido aproximadamente 8.000 kilómetros por todo tipo de caminos y carreteras. Nunca tuve impedimentos ni mayores problemas para circular libremente, hasta el pasado 17 de febrero, en la Autopista del Itata, a unos 15 km de Concepción.
Fui detenido por un furgón de la empresa que, bajo amenaza de llamar a Carabineros, me trasladó unos 20 km hasta donde terminaba su concesión. Lo absurdo de esto es que el argumento que repetían los empleados de la empresa -majaderamente-, era que lo hacían por mi "seguridad". Y resulta que mi decisión de ir por esa ruta -e ignorar los letreros que prohiben el paso de bicicletas-, la tomé porque es mucho más segura que la alternativa que pasa por la ciudad de Tomé (yo me dirigía hacia Cauquenes).
Más aún, el furgón de la empresa me fue a dejar a una localidad llamada Rafael -donde termina un ramal de la autopista- desde donde comienza un camino bastante más peligroso que aquel por donde no me dejaron circular.
Las autopistas concesionadas poseen bermas muy anchas y en buen estado que son una protección para el ciclista (funcionan como verdaderas ciclovías), y la velocidad con que transitan los vehículos motorizados no es mucho mayor que en cualquier carretera. Por lo tanto, el argumento de la "seguridad" es una falacia y excluir a los ciclistas es una clara discriminación y un atentado a la libertad de desplazamiento.
Además, es en las zonas rurales e interurbanas -que es por donde pasan las autopistas- donde la gente más utiliza la bicicleta como medio habitual de locomoción. Lejos de excluirlas, varios municipios han tomado conciencia y fomentan el uso de bicicletas construyendo ciclovías. Es el único vehículo enteramente ecológico, saludable, no destructivo, económico y popular (y así lo ha reconocido las Naciones Unidas). Por suerte, he transitado por algunas autopistas concesionadas en que los letreros que prohiben a los ciclistas son sólo un mal adorno. Pero todavía quedan algunas -como la del Itata- que no entienden el enorme beneficio social y ambiental de este vehículo a pedales, que merece el respeto y reconocimiento de todos.
Cristian Sotomayor Demuth
Etiquetas: bicicleta, vacaciones, viajes